Sunday, September 24, 2006

Juicio a la Internet





Indudablemente, la Antropología Social debe volver a la persona, al sujeto complejo, en palabras de Jacorzynski. Pero no hay que perder de vista que dicho sujeto se encuentra inserto en una trama social, de la cual, hasta cierto punto, es deudor. Si la persona no se hallara instalada en una sociedad corre el riesgo de no realizarse como tal, o, en términos darvinistas, no resultaría viable. Por tanto, desde un enfoque biológico hasta una perspectiva cultural, la persona está incompleta al margen de la sociedad. Eso no niega, en lo absoluto, el carácter autónomo de la persona; por el contrario, reafirma su autonomía en cuanto el sujeto “transita” de su dimensión personal a la social. A mi juicio, el problema de “¿cómo recuperar lo social?” es ilusorio, pues parte del siguiente presupuesto: el sujeto es, por un lado, personal y, por otro, social, como si ambas dimensiones aparecieran traslapadas. Más bien parto de una concepción estructural del ser humano: el sujeto, a una, es personal y social. Por eso, el aparente problema propuesto, para mí, desaparece.

No soy de las personas que considere a la Internet una dimensión casi sustancial del ser humano. De hecho, cuestiono el tema de la Internet desde la raíz: No será excluyente el “problema” de la Internet cuando la gran mayoría de la humanidad ni siquiera tiene acceso a ese servicio. Aún más, gran parte de las personas conectadas a Internet habitan en los Estados Unidos. No estoy de acuerdo en problematizar la Internet cuando hay cuestiones sociales más urgentes para el antropólogo o para el cuentista social en general. Por ello, digamos, hay una resistencia primaria a las preguntas lanzadas en el blog. Considero que la Internet es una herramienta que puede optimizar muchas cosas, como el envío y recepción de información. Pero absolutizar la Internet puede llevar a muchos a perderse en la maraña de información disponible en ella. De todas formas, me parece válida la pregunta de la antropología por cómo entender la acción de una persona, “en particular cuando participa de una acción colectiva.

El título de mi entrada puede resultar risible si el mismo enjuiciado es el medio que sirve en este momento para injuiciar. A la Internet, desde la Internet. El problema de si los que se comparten información en la Internet --como lo plantea Benkler-- sólo cobra sentido en esta dimensión que, como he mostrado mi posición, es excluyente, aunque "está abierta para todos". La Internet es una puerta al gran tesoro de la información, pero lastimosamente ese tesoro no llega a todos. Seguramente en ello hay relaciones de poder y relaciones económicas, como el mismo Benkler parece señalar, aunque no creo que Benkler sostendría en juicio que trato de entablar. En sí, el juicio no es para la Internet, esa red que, una vez alimentada parece que subsiste en el ciberespacio. El juicio es para quienes se las arreglan para evitar que la Internet abra "una nueva etapa de colaboración, libertad y justicia".

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